Metodología
La metodología empleada en las clases de español se cimienta en cuatro pilares: el enfoque comunicativo, el enfoque por tareas, la atención al léxico y la gramática cognitiva.
El enfoque comunicativo se distingue por los siguientes principios:
- Uso de la lengua con fines comunicativos: competencia comunicativa y negociación del significado
- Énfasis en los procesos naturales de aprendizaje: interlengua y análisis de errores, estrategias de comunicación y aprendizaje
- Valoración de las variables individuales en el proceso de enseñanza y aprendizaje: factores cognitivos y afectivos
- Enseñanza centrada en el alumno. Desarrollo de la autonomía del alumno
- Importancia de la relación entre lengua y el contexto sociocultural
El enfoque por tareas plantea que las actividades sean para el uso de la lengua y no solo de estructuras. Estas actividades deben responder a tres principios para lograr una comunicación real:
- Vacío de información (existe una necesidad real para comunicarse)
- Libertad de expresión (el hablante decide el contenido, la forma, el tono…)
- Retroalimentación (reacciones verbales y no verbales propios de la lengua y la cultura meta)
La atención al léxico cobra gran importancia porque mientras el aprendizaje de la gramática tiene un límite, el del vocabulario nunca se da por finalizado, tampoco en los nativos. Conviene no solo trabajar una gran cantidad de actividades específicas, ricas, variadas y originales, sino que estos ejercicios tengan como finalidad:
- Estrategias de aprendizaje específicas para el léxico
- Desarrollar y mejorar el rendimiento entrenando la memoria visual y/o auditiva
- Estrategias para aprender, organizar y recordar el vocabulario
La gramática cognitiva ofrece básicamente otra manera de trabajar la gramática que enfoca su enseñanza en un forma interactiva y reflexiva:
- Considera el lenguaje una habilidad mental que surge de nuestra interacción física y motora con el entorno que nos rodea
- Invita a pensar sobre el lenguaje como reflejo directo del pensamiento
- Define el lenguaje como experiencial y representacional, destinado a comunicar los significados que materializan los puntos de vista de los hablantes